Palabras del mayor general Luis Felipe Paredes Cadena al recibir la Dirección de la Escuela Superior de Guerra
Grata satisfacción experimenta mi ser al llegar al templo educativo de las Fuerzas Militares, aquí se forman los comandantes de las unidades tácticas de las unidades operativas menores y mayores y sus equivalentes en las diferentes Fuerzas, aquí se difunde la doctrina de las operaciones conjuntas para sacarle el mayor provecho alas capacidades que los soldados de tierra, mar y aire tienen, aquí se orienta al análisis y a la toma de decisiones para ser exitosos en la consolidación de lo logrado hasta hoy en materia de seguridad y defensa nacional, aquí están los hombres que tienen la gran responsabilidad de terminar el "fin del fin", ya no es un sueño es una realidad, al punta que los ciudadanos que por el año 2000 dudaban con razón la posibilidad de vencer al enemigo interno hoy nos respaldan, creen en nosotros, hace una semana, la ultima encuesta nos dice que estamos en el corazón del 86% de los colombianos.
La vida militar es de constante expectativa generada por cada nuevo cargo y por cada nuevo grado. De igual manera cada expectativa esta cargada de ilusiones y no pocos temores. Recibir la Escuela Superior de Guerra, la Escuela del pensamiento militar, fusiona las ilusiones y los temores, convirtiéndolos en retos.
Par ella, invoco en este momento al Todopoderoso y le pido humildemente me ilumine en todo instante para tomar decisiones acertadas y justas, acorde con las necesidades de las Fuerzas Militares en el logro de preparar excelentemente los futuros comandantes para que ellos a su vez decididamente contribuyan con sus tropas a consolidar la paz y la tranquilidad que todos los colombianos anhelan con fervor.
La función misional de la Escuela Superior de Guerra impone el reto de formar y capacitar a los oficiales superiores de las Fuerzas Militares como comandantes integrales, lideres, gerentes y estrategas, expertos en el planeamiento y la conducción de operaciones conjuntas y asesores en seguridad y defensa; además, contribuir a la creación de una cultura de seguridad y defensa nacionales en la ciudadania, para ganar la guerra, consolidar la paz y contribuir al desarrollo del País.
Los retos en el campo de la seguridad y la defensa siempre estarán en la agenda nacional. Hoy cuando conmemoramos el bicentenario del grito de independencia de nuestra Patria, recordamos el pensamiento del general Rafael Reyes Prieto, emanado aquel primero de mayo de 1909 cuando nuestra Escuela inicia sus labores, con dos tareas fundamentales: reconstruir la Patria después de la guerra de los 1000 días y organizar unas Fuerzas Armadas de carácter nacional que respondieran únicamente a las directrices del gobierno constitucional y al bien general de la nación. Este compromiso con criterios de legitimidad, excelencia y calidad, siguen vigentes.
Recibo la dirección de manos del señor Mayor General Edgar Ceballos Mendoza, oficial de especiales condiciones personales y profesionales, en estos días de recepción de la Unidad he fortalecido la imagen y personalidad que de usted tenía, hombre institucional, transparente, de férreos valores y principios, con un gran don de gentes y comprometido con las responsabilidades que impone el cargo. Mi General, permítame en nombre del Instituto agradecerle su legado de actualización, emprendimiento y transformación desarrollados en la Escuela, todo en beneficio de los futuros lideres, de las Fuerzas Militares y de Colombia.
Al terminar su ciclo en la Institución puede irse tranquilo porque a lo largo de su vida militar, siempre cumplió con lujo de detalles la misión constitucional y las tareas que le imponía la dinámica del mundo y de los enemigos del orden nacional, debe tener la paz y satisfacción que produce el "Deber Cumplido". En su última fase aportó a construir el edificio de la sabiduría militar que tanto demanda la patria como aporte a la consolidación de lo logrado en el campo de la seguridad y defensa en nuestro País. Un especial y sincero saludo de amistad y aprecio para su señora Maria Teresa y sus hijos Edgar Camilo, Alejandra Paola y Andres Enrique, para la Familia Ceballos Franky las puertas de nuestras familias y de su Escuela permanecerán abiertas.
Señores oficiales, suboficiales, soldados, civiles y docentes orgánicos y a contrato de la Escuela Superior de Guerra, debemos aceptar el reto en equipo y dentro de la actividad administrativa, académica y de investigación estar alineados estratégicamente, como partes del fino reloj, en el que todas son fundamentales en sincrónico movimiento y sin las cuales la precisa hora dejara de dar. Por ello convoco a todos sus integrantes, para que con pasión, entreguemos nuestro espíritu a esta noble labor docente, a no dejar esfuerzo alguno, a persistir e insistir, a mejorar, a no desvanecer, a conformar ese gran equipo que en la sombra, se place de saber, y que aportará sin reserva alguna todo cuanto pueda para el logro de la "excelencia" en la formación de los líderes que seguro estamos, desarticularán, de una vez por todas, totalmente la amenaza.
Señores oficiales alumnos del CAEM y CEM aquí presentes, estoy convencido que no existe otro termino más amplio y conducente que nos identifique como el de lideres: es el liderazgo nuestra constante; la que esta en la agenda diaria del ámbito militar y civil, siempre seremos lideres, formados y preparados para guiar los destinos de la institución militar, lideres transparentes y honestos, capaces de transformar la visión en realidad. Lideres tácticos, operacionales y estratégicos, capaces de perfeccionar y actualizar las formas y el cómo, para cumplir la misión asignada con alta dosis de satisfacción y bienestar.
Los invito para que en nuestras aulas continuemos estudiando con aplicación los fundamentos de la Seguridad y Defensa Nacional, la inteligencia estratégica, la geopolítica, la relaciones internacionales, los grandes asuntos de la historia, la política, la ética y la filosofía y las más sofisticadas teorías militares, en el campo de la estrategia, áreas que hacen de los oficiales colombianos, modelos de eficiencia militar. Este conocimiento nos abre las puertas de la comunicación con los líderes en los ámbitos regional, nacional y mundial, nos inserta en el nuevo orden mundial y abre la perspectiva clara del quehacer militar.
Un estudiante no lo construye el maestro, este solo lo orienta. El estudiante se construye a si mismo con base en sus propios retos, en sus metas, sus objetivos, en su visión del mañana. La curiosidad por el saber, por el entender y el comprender, por su inquietud de ser mejor. No hay escuela ó maestro que pueda hacer algo por quien no quiere aprender. La lectura se convierte en su almohada y las inquietudes en sus sueños. Solo la lectura, más que la cátedra, nos proyectará hacia el crecimiento. A partir de la lectura se da el debate y de este, es de donde se construyen prospectivamente los nuevos escenarios, y de los nuevos escenarios nacen las proyecciones. Salgamos de las quietas aguas a los torrentes del conocimiento. Es la educación el factor estratégico para ganar la guerra.
Otro aspecto que debemos tener presente es la familia, ella constituye el centro de gravedad de cada uno de nosotros y de la Institución, ella nos da la fuerza suficiente para mantenernos motivados y superar el sinnúmero de dificultades, el fortalecimiento del lazo familiar será una meta a alcanzar permanentemente, todos debemos tenerlo como el objetivo principal en nuestro proyecto de vida.
Quiero recordarles que los valores, los principios y el actuar ético, son el alma de nuestra preparación como líderes y comandantes, no se concibe hoy, un militar que no actúe dentro del marco de la ley, los Derechos Humanos y el Derecho Internacional de los Conflictos Armados, correctos procederes fortalecen la legitimidad y reciben el apoyo incondicional de los colombianos. Como decía Machado: Hay dos clases de hombres: los que viven hablando de las virtudes y los que se limitan a tenerla. Seamos siempre ejemplos y testimonios de vida.
Finalmente debemos ser motores de progreso a través del conocimiento, la investigación el análisis y la prospectiva en cada uno de los escenarios. Debemos adelantarnos a las nuevas misiones que nos esperan con motivo de la desarticulación de los grupos narcoterroristas, la fase de consolidación en la que se encuentra el país y la capacidad que hoy tenemos de armonizar y proyectar la doctrina conjunta en el propósito de garantizarle a Colombia el ambiente de seguridad suficiente para su progreso y desarrollo.
Quiero cerrar con un aparte de Karl Von Clausewitz, extractado de su libro "De la Guerra" donde expresaba las características del militar para la guerra: debe tener capacidades especiales de inteligencia y de temperamento, con alto grado de discernimiento, capacidad mental muy superior para ciertas actividades, de las que desarrollara el espíritu militar; la guerra implica peligro y en consecuencia, el valor es, por sobre todas las cosas, la primera cualidad del combatiente. Fortaleza de cuerpo y de espíritu, guiado por el simple sentido común, inteligencia fina y penetrante, que perciba la verdad con juicio instintivo; decisiones sabias e inmediatas, es decir determinación; espíritu de cuerpo, percepción muy aguzada para los problemas más difíciles, presencia de animo, fuerza de voluntad, capacidad para revivir el valor de los demás, energía, firmeza, constancia, dominio de si mismo, actuación con plena libertad, carácter, sentido del lugar, imaginación, buena memoria y honor.