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Palabras de despedida del mayor general Edgar Ceballos Mendoza, Director saliente de la Escuela Superior de Guerra

Al concluir mi gestión como Director de la Escuela Superior de Guerra, y al término de toda una vida vistiendo el uniforme como soldado del Ejercito Nacional, quiero en el dia de hoy dar testimonio de agradecimiento ante ustedes al Todopoderoso, por haber determinado en mi destino el tener como profesión la de militar, que es una exigencia permanente de profesar, y como sentido vital de la misma, el honor.

Se nos exige también conocimiento, valor, dedicación, entrega y austeridad. Pero en la vida militar, nada de eso adquiere su sentido exacto, si no se ejerce la profesión con honor.

La pertenencia a una institución armada implica recibir, aprender, mantener y defender el sentido del honor. En ninguna otra Institución como en la militar, el honor adquiere una dimensión tan grande, tanto que me atrevo a decir que es el fundamento de la legitimidad, de la vocación de servicio a los compatriotas, de la cohesión interna y de la capacidad de sacrificio de quienes asumen la tarea de ser los guardianes de la heredad nacional.

En los ejércitos el honor es la garantía de que las armas encomendadas a las manos de sus miembros no se van a utilizar para sobrepasar los limites impuestos por un orden jurídico, ni para oprimir a aquellos que confían en ellos como sus protectores. Otros servidores del Estado pueden estarle también, sujetos por honor, pero de todas maneras tienen detrás de si, la fuerza coactiva de ese mismo Estado.

Solo los militares están exentos de ese control porque son ellos los detentadores de esa última barrera contra el desafuero. Como consecuencia, son los militares los únicos servidores que le están sujetos de manera exclusiva por el honor. Solamente quien tiene en sus manos el uso de las armas, vale decir el instrumento principal de la coacción física, la misma que es el cimiento del derecho, se pliega a los dictámenes de este por el valor de su palabra y es "estar bajo palabra" la esencia misma del honor.

Las consideraciones anteriores llevan a pensar que nunca puede ser demasiado, insistir en el honor del militar. A los guerreros se les adscribe en grado sumo y se les exige hasta el extremo, porque están con las armas en la mano y justamente por eso. El honor del guerrero es lo que hace posible la lucha sin bajezas y el sentido desinteresado del servicio.

Pero el papel del honor va más allá de la lealtad a los conciudadanos. El honor es también causa de la cohesión de la Institución y causa de las virtudes mas apreciadas en un militar. Sin honor, puede haber incontinencia y atrevimiento, pero no el verdadero valor, el que se da fundado en motivos nobles y altruistas. Si un militar se comporta por fuera de las normas del honor, no puede inspirar a sus subalternos ni conducirlos en las pruebas supremas del combate y de la entrega. Sin honor no puede haber autoridad para mandar ni fundamento para exigir. El honor es la mejor barrera contra el egoísmo y sin el, el sentido del compañerismo y la solidaridad se pierde. Dicho de otra manera, sin honor una fuerza se corrompe y se desintegra.

Este es un gran legado que hemos recibido de los viejos soldados que nos han antecedido, y que hoy expongo ante ustedes como altiva remembranza de los mas caros valores militares.

Hago entrega de la Dirección del Instituto de educación superior, al señor mayor general Luis Felipe Paredes cadena, a quien solo me queda desearle el mayor de los éxitos en la preparación y liderazgo de los hombres que en su tiempo y en su momento nos habrán de suceder. Un especial saludo de bienvenida igualmente a su señora Amina, a sus hijos Luis Felipe, Paola y Angela Maria.

Sus conocidas capacidades, su experiencia y su visión del futuro le darán a la Escuela el rumbo cambiante que determinan los acontecimientos futuros; puede estar seguro que cuenta con un gran equipo de trabajo, y que estos se esforzaran por darle todo el apoyo requerido para lograr el cumplimiento de los objetivos estratégicos.

Quedará por siempre plasmado un espectro de afecto y especial consideración en mi alma, por todos aquellos que a través de sincera devoción, y dedicada labor, contribuyeron al claro y acertado

cumplimiento de los objetivos propuestos; a los oficiales, suboficiales, soldados, docentes y personal civil y a contrato de la Escuela, los recordaré con verdadera gratitud, pues la vida me presentó una segunda oportunidad para trabajar con muchos de ustedes.

A quienes fueran mis comandantes, al señor general Freddy Padilla De Leon, al señor almirante David Rene Moreno Moreno, un sincero agradecimiento por el permanente y oportuno apoyo para el desarrollo de mis ejecutorias. Muchas gracias en nombre de toda la Escuela Superior de Guerra por crear, generar y facilitar las condiciones para este Instituto de educación superior. A su Estado Mayor y staff de colaboradores. A los Comandos y Segundos Comandos de Fuerza también mi más sentido saludo de gratitud.

Un reconocimiento especial a los señores Subdirectores de la Escuela, que gracias a su esforzada y meritoria labor a través de los aportes importantes en su tiempo, así como la paternal deferencia y colaboración hasta nuestros días, han permitido forjar el andamiaje necesario para mostrar orgullosamente ante el mundo nuestra Escuela como la primera certificada en calidad.

Como siempre y a mi lado, quiero agradecer a mi familia, Maria Teresa mi esposa, Edgar camilo, Alejandra Paola y Andres Enrique, mis hijos, quienes siempre me han acompañado y han sido mi apoyo permanente, no solo ahora, que tuve la gran distinción de poder ser Director de la Escuela por segunda vez, sino a lo largo de toda mi vida, y de toda mi carrera militar.

Aunque prontamente continuare auspiciando el logro y cosecha de los éxitos del Ejercito Nacional, la Fuerza Aérea, y la armada nacional desde la perspectiva de la reserva activa, quiero invitarlos a que vislumbren el futuro con fe; debemos llevar a nuestra Patria Colombia a un pedestal privilegiado, sobre la base de la transparencia, el respecto, el honor y la dignidad.

Una vez más, gracias mil al señor Todopoderoso, a ustedes los acá presentes, por el apoyo brindado, por haber asumido los retos y las responsabilidades, por haberlas llevado a cabo.

Dios bendiga la senda de sus destinos, así como supo bendecir toda una vida por más de treinta y nueve años al servicio de la Patria.

ESDEGUE

La Escuela Superior de Guerra, es una institución de educación superior militar, que capacita a los Oficiales Superiores de las Fuerzas Militares, a los futuros Generales y Almirantes del Ejército Nacional, la Armada Nacional, la Fuerza Aérea Colombiana, y a personalidades de alto nivel de la sociedad colombiana, sobre temas de seguridad y defensa nacionales, para así fortalecer los canales de comunicación e integración.