EL EJERCITO DE LIBERACIÓN NACIONAL Y EL AMOR POR LAS IDEAS MUERTAS
EL EJERCITO DE LIBERACIÓN NACIONAL Y EL AMOR POR LAS IDEAS MUERTAS
“La necrofilia ideológica es el amor ciego por ideas muertas”
Moisés Naim
Desde el año de 1964, la Unión Camilista Ejercito de Liberación Nacional (UN-ELN) inició un ataque sistemático y violento contra la sociedad colombiana. Como es de esperar, en su famoso manifiesto de Simacota se construyó un discurso que finalmente se convirtió en un dogma; una visión idealista fundamentada en la utopía marxista y en la que habían sido adoctrinados muchos de los revolucionarios caribeños en Cuba a finales de 1959.
Además, es importante mencionar la participación del líder revolucionario Fidel Castro y de todo su gobierno ideologizado por un paradigma de izquierda , y quienes tuvieron el objetivo de la formación y apoyo a la Unión Camilista, donde trataron de cumplir otra profecía bajo el seudo nuevo hombre, Ernesto Guevara de la Serna alias “El Che”, quien desplegó una plataforma discursiva fundamentada en el odio y la violencia armada hacia todo lo que no fuera comunista. Alias “el Che”, prometió llevar la revolución a toda Latinoamérica y, bajo dicha lógica, consagrar el llamado foquismos.
Estas ideas iniciales se nutrieron con la visión desenfocada de varios integrantes de la Iglesia Católica, en la cual erróneamente identificaban a Cristo como un revolucionario dada su predilección con los pobres, y que bajo un mal símil, quisieron acercarlo a la revolución marxista. Muchos de estos curas revolucionarios encontraron un nicho en este grupo políticamente radical e impulsaron una postura religiosa ideologizada; una supuesta predestinación en el Ethos de estos revolucionarios tropicales. Esta postura radicalizada atacó a otros miembros de la Iglesia por oponerse a ellos y desde su desviada interpretación del evangelio, fueron asesinados. Dichas ideas fueron el motor de crímenes de lesa humanidad como el caso de Machuca y otros más.
Es así como estas aproximaciones, dieron cabida ideológica a dicha organización politizada y religiosa para superar varias crisis, sin embargo, a finales de los años 80 y principios de los 90, el colapso de la Unión Soviética – en 1991– comprobó una vez más que la famosa utopía marxista no funcionaba. Este grupo guerrillero se enfrentó, entonces, a un gran dilema el cual les exigió replantear sus ideales que para ese momento, estaban muertos, y por renacerlos, impulsaron una nueva lucha ideológica caracterizada por la lucha de etnias, de género, por los recursos naturales, el odio por el imperio norteamericano y el supuesto renacimiento del bolivarianismo, donde encontraron su proyecto de victimización a la sociedad colombiana, dando un rumbo nuevo a la estrategia de tomarse el poder en Colombia.